Chimeneas de leña: Cómo usarlas correctamente

Consejos y trucos para el uso de chimeneas de leña

Las chimeneas de leña son una fuente de calor y de ambiente que aportan confort y belleza a un hogar. Sin embargo, para disfrutar de sus beneficios y evitar sus inconvenientes, es necesario seguir una serie de consejos y trucos que garantizan su correcto uso y mantenimiento.

A continuación, se presentan algunos consejos y trucos para el uso de chimeneas de leña:

Como funciona las chimeneas de leña

Una chimenea de leña funciona mediante la combustión de la madera, que genera calor y llama. El calor se transmite por radiación al ambiente y por convección al aire que circula por el interior y el exterior de la chimenea. La llama produce luz y un efecto visual agradable.

funcionamiento de canalización de aire en chimeneas de leña

Para que una chimenea de leña funcione correctamente, es necesario que tenga un buen tiro, es decir, que el aire entre por la parte inferior y salga por la parte superior del conducto, arrastrando el humo y los gases hacia el exterior. El tiro depende de varios factores, como el diámetro, la longitud y la forma del conducto, la altura del sombrerete o la pieza cónica, la temperatura del aire interior y exterior y la presión atmosférica.

Para mejorar el tiro de las chimeneas de leñas, se pueden seguir estos consejos:

  • Abrir ligeramente una ventana o una puerta cercana a la chimenea para facilitar la entrada de aire.
  • Prender un papel o un cartón en el interior del conducto para calentar el aire y crear una corriente ascendente.
  • Usar leña seca y cortada en trozos pequeños o medianos, que prende con facilidad y produce menos humo.
  • Colocar la leña en forma de pirámide o de cruz, dejando espacios entre los troncos para que circule el aire.
  • Regular la entrada de aire mediante el registro o la compuerta, abriéndolo más al principio para avivar el fuego y cerrándolo después para mantenerlo.
  • Limpiar periódicamente el conducto para eliminar el hollín y la creosota que se acumulan por efecto de la combustión.

Dormir con chimeneas de leña

Tener dulces sueños al lado de una chimenea de leña puede ser una experiencia muy placentera, sobre todo en los días fríos de invierno. Sin embargo, también implica algunos riesgos que hay que tener en cuenta y prevenir.

Los principales riesgos de dormir con chimenea de leña son:

  • La intoxicación por monóxido de carbono (CO), que es un gas incoloro e inodoro que se produce por una combustión incompleta y que puede causar mareos, náuseas, dolores de cabeza e incluso la muerte si se respira en altas concentraciones.
  • El incendio por chispas o brasas que pueden saltar fuera de la chimenea e incendiar objetos inflamables como alfombras, cortinas o muebles.
  • La deshidratación por el exceso de calor y sequedad del ambiente que puede provocar una pérdida de líquidos corporales y afectar a las mucosas respiratorias.

Para evitar estos riesgos y dormir con chimenea de leña con seguridad, se pueden seguir estos consejos:

  • Instalar un detector de monóxido de carbono cerca de la chimenea y revisarlo periódicamente para asegurarse de que funciona correctamente.
  • Ventilar bien la habitación antes y después de usar la chimenea para renovar el aire y evitar la acumulación de gases nocivos.
  • Apagar o reducir al mínimo el fuego antes de irse a dormir y cerrar bien el registro o la compuerta para evitar que salga humo o chispas.
  • Colocar una malla metálica o una pantalla protectora delante de la chimenea para evitar que salten chispas o brasas fuera del hogar.
  • Alejar los objetos inflamables de la chimenea y no dejar nada encima o cerca del conducto que pueda quemarse o derretirse.
  • Beber agua antes y después de dormir para hidratarse bien y evitar la deshidratación.
  • Usar un humidificador o un recipiente con agua cerca de la chimenea para aumentar la humedad del ambiente y proteger las mucosas respiratorias.

Que temperatura alcanza las chimeneas de leña

La temperatura que alcanza una chimenea de leña depende de varios factores, como el tipo y la cantidad de leña, el tamaño y el diseño de la chimenea, el tiro y la ventilación del conducto y el aislamiento y la superficie de la habitación.

cabaña de leña con chimenea de leña

 

En general, se puede estimar que las chimeneas de leña alcanza una temperatura media de entre 300 y 600 grados centígrados en el interior del hogar, donde se produce la combustión. Esta temperatura puede variar según el tipo de leña, siendo más alta para las maderas duras como el roble o el haya y más baja para las maderas blandas como el pino o el abeto.

La temperatura que alcanza las chimeneas de leña en el exterior del hogar, donde se transmite el calor al ambiente, es mucho menor y depende del material y el grosor de las paredes de la chimenea. Por lo general, se puede estimar que una chimenea de leña alcanza una temperatura media de entre 50 y 100 grados centígrados en el exterior del hogar.

La temperatura que alcanza una chimenea de leña en la habitación donde se ubica depende del tamaño y el diseño de la chimenea, del tiro y la ventilación del conducto y del aislamiento y la superficie de la habitación. Por lo general, se puede estimar que una chimenea de leña puede aumentar la temperatura de la habitación entre 5 y 10 grados centígrados por cada kilovatio (kW) de potencia térmica nominal. Por ejemplo, una chimenea de leña con una potencia térmica nominal de 10 kW puede aumentar la temperatura de una habitación de 20 a 30 grados centígrados.

Como apagar las chimeneas de leña

Apagar una fuego de leña es una tarea que hay que hacer con cuidado y precaución, para evitar accidentes o daños. Ello implica extinguir el fuego, eliminar las brasas y limpiar las cenizas.

Para apagar una chimenea de leña hay que seguir los siguientes pasos:

  • Esperar a que el fuego se consuma por sí solo o reducirlo al mínimo con ayuda de un atizador o unas pinzas.
  • Cerrar el registro o la compuerta para cortar el suministro de aire y evitar que se avive el fuego o salga humo.
  • Dejar que las brasas se enfríen completamente antes de retirarlas. No usar agua ni otros líquidos para apagarlas, ya que pueden provocar chispazos o dañar la chimenea.
  • Retirar las brasas con cuidado usando un recogedor metálico o unas pinzas y depositarlas en un cubo metálico con tapa o en un lugar seguro al aire libre. No usar recipientes plásticos ni bolsas que puedan derretirse o quemarse.
  • Limpiar las cenizas con un cepillo metálico o una escobilla específica para chimeneas y depositarlas en otro cubo metálico con tapa o en un lugar seguro al aire libre. No usar aspiradoras ni otros aparatos eléctricos que puedan dañarse por las cenizas calientes.
  • Dejar que los cubos con las brasas y las cenizas se enfríen completamente antes de desecharlos o reutilizarlos. No tirarlos a la basura ni al compostaje hasta estar seguros de que están fríos.

Como encender una chimenea con leña húmeda

Encender una chimenea con leña húmeda es un reto que puede resultar difícil e ineficiente, ya que la leña húmeda tiene un bajo poder calorífico, produce mucho humo y hollín y dificulta el tiro. Sin embargo, si no se dispone de otra opción, se pueden seguir algunos consejos para facilitar el encendido y mejorar la combustión y el tiro.

Estos son algunos consejos para encender correctamente en caso de húmedad:

  • Usar un aislante entre el suelo y la leña, como un cartón o un papel, para evitar que la humedad se transmita a la madera.
  • Usar leña fina y pequeña, que prenda más fácilmente que la gruesa y grande. Si es posible, usar leña de pino o de abedul, que tienen más resina y son más inflamables.
  • Usar un iniciador de fuego, como una pastilla de encendido, una piña impregnada de aceite o un papel enrollado y mojado en alcohol. Colocarlo en el centro del hogar y rodearlo de leña fina y pequeña.
  • Encender el iniciador de fuego con un mechero o unas cerillas y dejar que prenda la leña que lo rodea. Añadir más leña fina y pequeña según se vaya formando el fuego.
  • Abrir el registro o la compuerta al máximo para facilitar la entrada de aire y el tiro. Dejar que el fuego se haga fuerte y caliente el conducto.
  • Añadir leña más gruesa y grande cuando el fuego esté bien establecido. Colocarla en forma de pirámide o de cruz, dejando espacios entre los troncos para que circule el aire.
  • Regular el registro o la compuerta según se quiera avivar o mantener el fuego. No cerrarlo del todo para evitar que se apague el fuego o se produzca humo.

Como forrar las chimeneas de leña

Forrar las chimeneas de leña, es una buena forma de mejorar su aspecto estético y su rendimiento térmico. Si estas interesado en saber cómo se hace, básicamente consiste en revestir el exterior del hogar con algún material que sea resistente al calor y al fuego, como el ladrillo, la piedra, el metal o el yeso.

Para forrar una chimenea de leña hay que seguir los siguientes pasos:

  • Elegir el material adecuado para forrar la chimenea según el estilo y el presupuesto que se tenga. Algunas opciones son:
    • Ladrillo: es un material clásico y duradero que da un aspecto rústico y acogedor a la chimenea. Se puede elegir entre diferentes tipos y colores de ladrillo, así como entre diferentes formas de colocarlo (en espiga, en diagonal, en vertical…).
    • Piedra: es un material natural y noble que da un aspecto elegante y sofisticado a la chimenea. Se puede elegir entre diferentes tipos y tamaños de piedra, así como entre diferentes formas de colocarla (en seco, con mortero, con juntas…).
    • Metal: es un material moderno y ligero que da un aspecto minimalista e industrial a la chimenea. Se puede elegir entre diferentes tipos y acabados de metal, así como entre diferentes formas de colocarlo (en láminas, en paneles, en perfiles…).
    • Yeso: es un material económico y versátil que da un aspecto neutro y limpio a la chimenea. Se puede elegir entre diferentes tipos y colores de yeso, así como entre diferentes formas de colocarlo (en placas, en molduras, en relieves…).
  • Preparar la superficie del hogar para forrarla. Esto implica limpiarla bien de polvo y grasa, nivelarla si es necesario y aplicar una capa de imprimación o sellador si el material lo requiere.
  • Colocar el material elegido sobre la superficie del hogar siguiendo las instrucciones del fabricante o del instalador. Esto puede implicar cortar las piezas a medida, fijarlas con adhesivo o tornillos, rellenar las juntas con mortero o masilla y aplicar una capa de protección o barniz si el material lo requiere.
  • Dejar secar el material durante el tiempo indicado antes de usar la chimenea.

Aprovechar calor chimenea leña

El aprovechamiento óptimo del calor de las chimeneas de leña es una forma de ahorrar energía y dinero, así como de aumentar el confort térmico del hogar. Ello implica distribuir el calor generado por la combustión de la madera por toda la casa o por las estancias que se quieran calentar.

aprovecha el calor de una chimenea

Si queremos un resultado óptimo debemos seguir los siguientes consejos:

  • Elegir una chimenea de leña con un alto rendimiento térmico, es decir, que aproveche al máximo el calor de la madera y lo transmita al ambiente. Para ello, se puede optar por una chimenea con un sistema de doble combustión, que quema los gases que se generan en la primera combustión y aumenta el poder calorífico. También se puede optar por una chimenea con un sistema de ventilación forzada, que impulsa el aire caliente por unos conductos o unas rejillas hacia el exterior del hogar.
  • Instalar una chimenea de leña con un sistema de calefacción por agua, que aprovecha el calor de la combustión para calentar agua y distribuirla por un circuito hidráulico que alimenta radiadores o suelo radiante. Este sistema permite calentar varias estancias a la vez y regular la temperatura según las necesidades.
  • Instalar una chimenea de leña con un sistema de recuperación de calor, que aprovecha el calor residual del humo y los gases para precalentar el aire o el agua que entra en la chimenea. Este sistema permite reducir el consumo de leña y las emisiones contaminantes.
  • Colocar la chimenea de leña en un lugar estratégico, que favorezca la difusión del calor por toda la casa o por las estancias que se quieran calentar. Para ello, se puede optar por una chimenea central, que irradia el calor en todas direcciones, o por una chimenea situada en una pared medianera, que comunica con otras habitaciones.
  • Abrir las puertas y las ventanas interiores cuando se usa la chimenea de leña, para facilitar la circulación del aire caliente por toda la casa o por las estancias que se quieran calentar. También se puede usar un ventilador o un extractor para impulsar el aire caliente hacia otras zonas.
  • Cerrar las puertas y las ventanas exteriores cuando se usa la chimenea de leña, para evitar que se escape el calor al exterior y se pierda eficiencia térmica. También se puede usar un aislamiento térmico adecuado en las paredes, el techo y el suelo para reducir las pérdidas de calor.

Como calentar toda la casa con una chimenea de leña

Esto por raro que parezca es posible si se cuenta con un sistema adecuado que permita distribuir el calor generado por la combustión de la madera por todas las habitaciones. Calentar toda la casa con una chimenea de leña implica tener una fuente de calor renovable y económica que aporta confort y bienestar al hogar.

sistema de calefeccción para radiadores para chiemena de leña

Para ello, hay que seguir los siguientes pasos:

  • Elegir una chimenea de leña con una potencia térmica suficiente para calentar toda la superficie de la casa. Para ello, se puede usar una fórmula aproximada que consiste en multiplicar los metros cuadrados de la casa por 50 vatios (W) si está bien aislada o por 100 W si está mal aislada. Por ejemplo, para calentar una casa de 100 m2 bien aislada se necesitaría una potencia térmica de 5 kilovatios (kW).
  • Elegir una chimenea de leña con un sistema de calefacción por agua o por aire, que permita distribuir el calor por toda la casa mediante un circuito hidráulico o unos conductos. Estos sistemas pueden ser integrados en la propia chimenea o añadidos como accesorios externos.
  • Instalar la chimenea de leña en un lugar céntrico y accesible, que facilite su uso y su mantenimiento. También hay que tener en cuenta las normas de seguridad y las distancias mínimas respecto a los materiales inflamables o combustibles.
  • Conectar la chimenea de leña al circuito de calefacción, que puede ser de radiadores o de suelo radiante. Estos sistemas pueden ser integrados en la propia chimenea o añadidos como accesorios externos.
  • Regular la temperatura y el caudal del agua que circula por el circuito de calefacción mediante una válvula termostática o un termostato ambiente. Estos dispositivos permiten ajustar el nivel de calor deseado en cada estancia y optimizar el consumo de leña.
  • Ventilar la casa periódicamente para renovar el aire y evitar la acumulación de humedad y gases nocivos. También se puede usar un sistema de ventilación mecánica controlada (VMC) que garantice una buena calidad del aire interior.

Cortar leña para chimenea

Se podría decir que el corte de la leña es una tarea que requiere cierta habilidad y precaución, pero que puede resultar gratificante y económica si se dispone de un bosque propio o de un proveedor cercano. Cortar leña para chimeneas de leña, implica seleccionar la madera adecuada, trocearla con las herramientas apropiadas y almacenarla correctamente.

tronco cortado

Para ello,  hay que seguir los siguientes pasos:

  • Elegir la madera adecuada para la chimenea según el tipo de combustión y el rendimiento térmico que se quiera obtener. Para ello, se puede optar por:
    • Maderas duras y densas, como el roble, el haya, el olivo o la encina, que tienen un alto poder calorífico, producen menos humo y hollín y duran más tiempo encendidas. Son ideales para chimeneas con una combustión lenta y continua.
    • Maderas blandas y ligeras, como el pino, el abeto, el chopo o el sauce, que tienen un bajo poder calorífico, producen más humo y hollín y se consumen más rápido. Son ideales para chimeneas con una combustión rápida e intensa.
  • Trocear la madera con las herramientas apropiadas según el tamaño y la forma que se quiera obtener. Para ello, se puede usar:
    • Una motosierra, que es una herramienta eléctrica o de gasolina que permite cortar troncos grandes y gruesos con rapidez y precisión. Es necesario usar guantes, gafas, casco y ropa protectora para evitar accidentes.
    • Una hacha o un hachote, que son herramientas manuales que permiten cortar troncos pequeños y medianos con fuerza y destreza. Es necesario usar guantes y gafas para evitar lesiones.
    • Una sierra o un serrucho, que son herramientas manuales que permiten cortar troncos finos y ramas con facilidad y control. Es necesario usar guantes y gafas para evitar cortes.
  • Almacenar la leña correctamente para que se seque bien y conserve sus propiedades caloríficas. Para ello, se debe:
    • Apilar la leña en un lugar seco, ventilado y protegido de la lluvia y la nieve. Se puede usar un cobertizo, un porche o una lona impermeable para cubrir la leña.
    • Ordenar la leña por tamaños y tipos, dejando espacios entre los troncos para que circule el aire. Se puede usar unos palés o unos caballetes para elevar la leña del suelo y evitar el contacto con la humedad.
    • Dejar secar la leña durante al menos seis meses antes de usarla en la chimenea. Se puede comprobar el grado de sequedad de la leña golpeando dos troncos entre sí: si suenan huecos es que están secos; si suenan sordos es que están húmedos.

Eliminar olor chimenea leña

Erradicar los malos olores es una necesidad que surge cuando se usa este tipo de calefacción en el hogar. El olor de las chimeneas de leña puede ser agradable o desagradable según el tipo de leña, el estado de la chimenea y el gusto personal. Eliminar el olor de la chimenea de leña implica prevenir y combatir las causas que lo originan.

Para eliminar el olor hay que seguir los siguientes consejos:

  • Usar leña seca y de buena calidad, que produzca menos humo y hollín y que desprenda un aroma agradable. Evitar usar leña húmeda, verde, podrida o tratada, que produzca más humo y hollín y que desprenda un olor desagradable.
  • Limpiar y deshollinar la chimenea periódicamente, para eliminar los residuos que se acumulan en el hogar y en el conducto y que pueden generar malos olores. Se puede usar un cepillo metálico o una escobilla específica para chimeneas y aspirar las cenizas con una aspiradora especial para cenizas.
  • Mejorar el tiro de la chimenea, para evitar que el humo y los gases se reviertan hacia el interior de la casa y provoquen malos olores. Se puede abrir una ventana o una puerta cercana a la chimenea para facilitar la entrada de aire, prender un papel o un cartón en el interior del conducto para calentar el aire y crear una corriente ascendente, usar un sombrerete o una pieza cónica en el tubo exterior para evitar las turbulencias del viento y revisar que no haya obstrucciones en el conducto como nidos de animales o ramas.
  • Ventilar la casa después de usar la chimenea, para renovar el aire y eliminar los posibles restos de humo y olor. Se puede abrir las ventanas y las puertas durante unos minutos o usar un sistema de ventilación mecánica controlada (VMC) que garantice una buena calidad del aire interior.
  • Neutralizar el olor con productos naturales o artificiales, que contrarresten o disimulen el aroma de la chimenea. Se puede usar vinagre, limón, bicarbonato, café, canela, clavo, lavanda u otros productos que se pueden poner en un recipiente con agua cerca de la chimenea o en un vaporizador para rociar por la casa. También se puede usar velas aromáticas, incienso, ambientadores o purificadores de aire que se pueden colocar en diferentes puntos de la casa.